
No ser capaz de sentir placer es una preocupación habitual en nuestras relaciones. Estamos en una época que se nos pide hacer 191761 cosas a la vez y si no las haces parece que has perdido el tiempo… ¡como no nos va a costar concentrarnos en una sola, si casi no lo practicamos a lo largo del día!
Por lo general, otro hábito que se cruza en nuestro camino durante el sexo es la tendencia que solemos tener de dar mucha importancia a la imagen que proyectamos en los demás. Intentamos reprimir sentimientos o expresiones y esto también cortocircuita el placer, porque para experimentarlo hay que soltar un poquito ese “control de riendas”.
A quién le pasa, le suele generar mucho malestar porque además, como seguro no es la primera vez que lees, tenemos conversaciones bastante negativas hacia nuestra propia persona, machacando con que algo malo nos ocurre y anticipando que las próximas veces también nos va a ocurrir…
Para progresar y alejarse poco a poco de tener la cabeza en 3 sitios a la vez y no ser capaz de desinhibirnos en la cama… ¿adivinas que se puede hacer? PRAC-TI-CAR como con casi todo en la sexualidad. Prueba a centrarte por un momento en ese sitio donde te está gustando que te toquen (lama, rocen, hagan cosquillas…), al principio seguro te aparecen pensamientos como: qué tontería, la ¿así es como sentirá el resto de gente? o lista de la compra. Esto es normal, cuando te des cuenta vuelve a ese punto que has decidido, haciendo esto las veces que haga falta, que ta es un progreso.
En cuanto a los problemas para desinhibirnos, si te apetece puedes empezar por aumentar tu respiración e ir observando qué te pide el cuerpo cada día para encontrar tu zona de confort ¡que es única para cada persona!