Bueno… parece que hemos legado al final del recorrido, aunque mucha gente piensa que el orgasmo es lo que marca la línea de FIN en las relaciones sexuales… la fase final se denomina resolución, en ella se produce una relajación general de la tensión muscular acumulada en todo el cuerpo, liberándose también la sangre acumulada.

En la mujer por ejemplo, los pechos y la plataforma orgásmica retornan a su estado de relajación, el clítoris vuelve a su posición… esta “vuelta a la calma” es muy paulatina… aunque cada persona es un mundo puede durar fácilmente media o una hora dependiendo de lo pasado anteriormente.

En los hombres, este tiempo de vuelta al estado no excitado es relativamente más corto, el pene pierde firmeza como en dos fases, después del orgasmo lo hace en bastante proporción pasando a la segunda fase donde va perdiendo esa firmeza restante poco a poco. Este descenso también se ve afectado por el de excitación anterior. Los testículos y los pliegues del escroto vuelven a su posición de relajación.

En los hombres, a parte de la vuelta a la calma, se da un fenómeno conocido como el periodo refractario absoluto . Se trata de la imposibilidad de responder a estímulos sexuales adicionales posteriormente a su orgasmo, siendo incapaz de tener una erección. Este periodo de tiempo es muy variable entre ellos, pasando después a un periodo relativo donde las erecciones serán dependientes de los estímulos recibidos. En la mujer, es posible la consecución de varios orgasmos debido a la ausencia de este periodo refractario absoluto.

Aunque por la educación que hemos recibido, los modelos en los que inconscientemente nos fijamos, todo lo que nos rodea… las relaciones sexuales tiendan a parecer “simples”, con las mismas fases y tiempos para todas las personas, con una carga impresionante hacia los hombres y su erección, hacia las mujeres y prácticas como el squirt, la multi-orgasmia, la masturbación… lo importante es que cada persona encuentre su ritmo, su estilo, si vivencia del sexo para poder disfrutarlo.

Aunque por todo lo que nos llega, sea casi automático relacionar tener sexo con penetración, o que sin erección ya no hay sexo o no enseñar los michelines, ni gritar demasiado… en necesario PARAR y pensar
-Qué me gusta a mi
-Cómo voy a disfrutar yo más de las relaciones sexuales
-Por qué tengo que seguir haciendo cosas que no me gustan o no probando cosas que creo que si que lo harían
-Cuándo quiero empezar a realizar estos pequeños cambios

¡Darnos un tiempo y reflexionar sobre esto también deberían ser pautas de salud en las rutinas de todas las personas!

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