«Si fantaseo con eso, ¿querámoslas que quiero llevarlo a cabo en algún punto de mi interior?

Las fantasías sexuales, ese gran tema entre luz y sombra para muchas personas. En los manuales, se nos expone que la mayoría de personas admite que las incluye en su actividad sexual de manera positiva y natural. 

Pero creo que hay una gran diferencia entre la teoría y la experiencia o vivencia que muchas personas tenemos. Muchas personas se han visto sorprendidas por el lugar donde su cabeza les ha llevado. Esto les ha provocado miedo, ansiedad, hasta les ha repugnado.

Como hemos comentado alguna vez, el trabajo de la mente es «pensar cosas», de ahí a que sean algo verdadero o que se tenga que seguir a pies juntillas… hay un largo margen. Cuando se nos presenta una fantasía nueva, algo diferente a lo que solemos pensar, o simplemente nos dejamos llevar por algunas sensaciones, muchas veces nos preocupa que el mero hecho de pensarlo.

Se nos puede pasar por la cabeza si significa que lo quiero llevar a cabo, si pensarlo es algo horrible, que significa x o y. Como diria la gran Noemí Argüelles, “piano, piano, piano…” con las fantasias podemos tener diferentes posturas, pero hay que entender que son pensamientos, nada más. Se pueden quedar en nuestra cabecita, las podemos compartir con otras personas o lo que nos apetezca.

Con nuestras fantasias, muchas veces necesitamos darnos ese permiso a liberar, a soltar cuerda y disfrutar, porque la fantasía es eso, fantasia.

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