
Seguimos hablando del orgasmo… un mito sexual muy extendido es que todas las mujeres tardan más en alcanzar el orgasmo que los hombres.
Alguna vez hemos hablado por aquí de la respuesta sexual humana y de sus fases; de las posibles distinciones entre hombres – mujeres en reacciones y cambios diferentes obvios que se dan físicamente.
Lo primero es que cada persona tiene reacciones y tiempos muy diferentes, lo ideal es conocernos y explorarnos para poder aumentar nuestro placer por medio del autoconocimiento.
Lo segundo, es que el orgasmo parece que sea la base obligatoria por la que haya que pasar para estar satisfecho o satisfecha sexualmente.
Uno de los peligros de fijarnos estas expectativas (que por circunstancias pueden ser muy muy altas), es que no disfrutemos del resto de experiencia sexual al estar pensando, buscando y esperando un cambio fisiológico que puede que llegue o no.
Otra alerta que debe saltarnos es que esta preocupación se vuelva persistente y constante… tanto en la persona que no alcanza el orgasmo, como en su pareja (si la tiene).
La sexualidad en general sigue rodeada de un halo de represión y tabú, volviendo este mucho más intenso con las experiencias menos buenas o que nos generan malestar, las cuales a veces no las compartimos ni con nuestras personas más cercanas.
El orgasmo es una experiencia más dentro de toooodo el abanico de la sexualidad, darse tiempo y espacio así como aflojar esa presión que se suele llevar a las espaldas, puede ser un buen inicio en la búsqueda de un mayor disfrute o del orgasmo (si es lo que se desea).
También es bueno recordar que existen profesionales con alta cualificación para acompañarte y ayudarte en este camino, en el caso de que se consideres esa necesidad (más común de lo que se piensa).